Una voz sin sonido.
Un estado de alerta sin previo aviso.
Un grito interior lanzado desde otro cuerpo.
Y de repente, una recarga energética.
¿Lo sientes?
Es la llamada.
Queda cada vez menos para que pueda desvelar la cubierta de mi próxima novela. Mientras tanto, los tuiteros podéis asomaros a la cuenta que mi personaje tiene en Twitter.
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