PABLO ROMPE
La primera cita.
Nos vimos por vez primera en marzo de 2014 en Mae West. Yo había invitado al equipo de Harwin a la fiesta de presentación de mi segunda novela, aun sabiendo que la mayoría de sus componentes residía en Jaén. "No obstante, te enviaré a nuestro agente más cercano", prometió el director. "Allí estará Pablo en representación de las palomas".
Y en efecto, allí estuvo. Esa verborrea tras la que esconde su timidez, le llevó en poco tiempo a pasar de estar solo en un rincón a ser el eje de un nutrido grupo de amigos y amigas que no sabía que tenía. Eso me gustó. Eso, y que tenemos mucho en común.
Harwin.
Que él escribiese de manera asidua para la editorial y que mantuviésemos el contacto a raíz del evento, fueron dos hechos que propiciaron una serie de encuentros posteriores de índole lúdico-literario, así como mi progresivo acercamiento al grupo. Poco a poco fueron surgiendo proyectos, mientras Pablo me iba contando que estaba recopilando textos para conformar su primer libro. Y le fui leyendo. Y me fui reafirmando en la idea de que tenemos mucho en común.
¿De qué hablo? De la arrogancia inmadura de quien conoció el misterio de la vida al aprender a leer. Él lo sabe. Yo también. Todo se reduce al instinto, pero no hay camino. Hay que hacerlo. Hacerlo significa derribar barreras construidas con el propósito de aislarse -con la vana esperanza de no lastimarse- de todo lo que se sabe bueno pero se teme. Y lo más triste de todo es que siempre son los mismos los que pelean por conseguir el derribo.
Mataré a todos tus ex por ti.
La esencia de la inspiración consiste en estar muy jodido. Solo así se vuelve uno adicto a sentir con intensidad o, en su defecto, nada. Porque esa es la manera más auténtica de ir por la vida, según los aires lo vapuleen hacia babor o estribor, y de alcanzar el estatus de poeta maldito.
Todo es circular... Revivir el pasado para ir forjando el presente. Repetir las historias una vez tras otra para no olvidar -pero beber para olvidar-, cuestionarse la validez y la autenticidad y regocijarse en las tragedias. La musa como elemento que lo engloba todo. La obsesión por mantenerla cerca y al mismo tiempo protegerla de esa cercanía.
Ese círculo gira como un ciclón, y la corriente ya no permite escapar. La compañera de aventuras como un espejo en el que mirarse y quererse o desear destruirse. La excitación como droga; la droga como calmante; el calmante como vacío. Y en el epicentro de la vorágine, la necesidad de encontrar sentido. El contraste entre dos impulsos, ambos complementarios.
Purgatorio, Infierno, Paraíso. Un libro estructurado en las fases del penar -o del gozar- donde se invocan todos los miedos. Los sueños rotos, el retorno al punto de partida como eterna condena y la angustia del secreto que no se deja desvelar; que se escurre como agua entre los dedos antes de ser bebida.
Veintiséis textos en los que se alternan los poemas con los relatos breves más tres textos mínimos para entender a la voz de la conciencia inconsciente de su generación. Tan egoísta como agradecido o tan comprensivo como incomprendido, este Bukowski reencarnado plasma en sus textos numerosas referencias a elementos de la cultura contemporánea. Son sus pilares y sus tablas de salvación. Recurre también a las metáforas de daño físico como referencia al dolor que se lleva por dentro, y repite la imagen de las piezas rotas que encajan. En uno mismo, en el otro, no en uno sin otro. Existencialismo forjado a base de alcohol e ideales; de la convicción de ser un perdedor; del consuelo de que así se folla mejor. Pero dime, criatura, ¿qué crees que has perdido, si aún está todo por alcanzar? Si te sirve de consuelo, "Voy a hacer que le enseñes tus tacones a Dios" como amenaza es impagable.
No puedo cerrar mi comentario sin confesar que, como todo buen artista, Pablo Rompe tiene un directo espectacular. Bien entonado y amenizado con multitud de anécdotas e increpaciones a su público. Además, es el único autor que reparte besitos y nalgadas junto a sus ejemplares dedicados. Ocasiones como estas no deberían ser desperdiciadas.
"Mataré a todos tus ex por ti".
www.artgerust.com
Disponible en papel y en PDF.
2.015.
55 páginas.
FERNANDO GÓMEZ MANCHA
El encuentro.
Nos conocimos el verano de 2.012 en Brenes, Sevilla. Nos presentó una amiga mencionando ex profeso que compartíamos el gusto por la escritura. Antes de darme tiempo a reaccionar, exclamó: "¡Quiero leerte!" Tal fue su impaciencia, que llegó a mandarle un SMS a nuestra intermediaria a altas horas de la madrugada para pedirle mi e-mail. Señal de que andaba despierto escribiendo...
Existen dos tipos de profesionales: Los que se ven absorbidos por su éxito y creen que vienen de vuelta de todo, y los que jamás se cansan de conocer nuevas formas de trabajar, anhelando superarse día a día y estudiando lo que les rodea. Aquella actitud impaciente me dejó algo claro de él. Fernando pertenecía a los profesionales de verdad.
La primera toma de contacto.
Fue precisamente nuestra amiga en común quien me recomendó "El Cuerpo Desobediente". Es una novelita que habla de un hombre que lo tiene todo en la vida, salvo la satisfacción de formar parte de la ciudad que le tiene enamorado. Su aventura transcurre entre el deseo realizado de renunciar a todo lo demás para alcanzar lo único que le falta, y el pesar por ese trueque en el que se ha sentido estafado por sí mismo. Aún así, no es capaz de dar marcha atrás por mucho que lo intenta...
Segunda edición (corregida): Invierno de 2.011.
88 páginas.
Decían los Ilustrados que "Lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Eso fue lo que pensé al terminar su libro. Por eso me lancé a por otro. "El Hombre Perpendicular" fue lo siguiente que cayó en mis manos. En esta novela, ligeramente más gruesa que la anterior, otra ciudad y otros personajes nos conducen a través de una historia de amor rutinaria. Un hombre y una mujer que se aman con los cinco sentidos, cuidando al extremo el atrezzo, los detalles y la composición hasta el punto de perder la naturalidad. De pronto ella decide desaparecer y él se replantea la vida desde su búsqueda. Juntos -por separado-, descubren que para que la chispa y la inspiración resurjan de nuevo, no es necesario renunciar a las rutinas. Basta con idear otras nuevas.
Primera edición: Verano de 2.011.
120 páginas.
Por cierto, solo los grandes son capaces de dedicar un libro a otro autor. Sin complejos.
Musas incombustibles.
Dada la similitud en el planteamiento, me pregunté si acaso no serían ambas novelas parte de una saga. Todavía me encontraba saboreando aquellos dos libros cuando Fernando me anunció que existía otro más reciente. Así fue como me confirmó que acababa de cerrarse la Trilogía del Anhelo. (Ediciones Moreno Mejías. Editorial Wanceulen).
En "El Atleta sin Memoria", Fernando nos adentra en una historia sencilla, cotidiana, que bien podría ser la de muchos de nosotros. Y nos da las claves para perderle el respeto a los recuerdos y volver a recuperarlos cuando es necesario. Olvidar, como solución a la falta de consuelo, y como fase previa al placer de volver a recordar. Es tan importante hablar de las inquietudes, de los miedos, de todas las emociones que agitan el alma. Y tan reconfortante verlas reflejadas en vidas ajenas para que parezcan menos atroces...
Primera edición: Navidad de 2.011.
233 páginas.
Fernando Gómez Mancha es un maestro de la introspección. Pulcro, lento, metódico en sus descripciones. Sublime a la hora de reinventar los clásicos y poseedor de una prosa muy lírica y de una síntesis exquisita. Sus libros son de una acción sosegada y de una intriga siempre latente, como la misma condición humana.
Volvemos a la carga.
Los lectores de Fernando G. Mancha están de enhorabuena. Este otoño hemos tenido el inmenso placer de tener entre las manos su nueva novela. Eso sí; debido a la tirada tan limitada -de 50 ejemplares-, los afortunados nos sentimos poco menos que elegidos.
El autor nos presenta, en esta ocasión, una odisea onírica mediante la cual explica el proceso de expiación de la culpa que siente el protagonista. Una culpa que se va desvelando sin prisa, pero que Alejo siempre tuvo presente, tendiendo al castigo de manera irrevocable como consecuencia lógica.
Así descubrimos el laberinto como metáfora del camino plagado de desafíos organizados. Porque incluso lo caótico presenta un orden lógico para el personaje. Una ruta a recorrer hacia delante y después hacia atrás con la misma precisión con que se enredan y se deshacen los nudos de una madeja. Hasta que el mal desatado de sus recuerdos transforma la condena en perdón.
Un universo literario muy personal.
En este libro encontramos algunos elementos que ya conocemos del autor: El orden y la pulcritud, como una manera de controlar la propia vida, cuando todo lo demás se nos escapa; la búsqueda de respuestas ante lo que carece de sentido; el resorte del ensueño, permitiendo la libre expresión del interior -en estado de agitación moderada-; y las reseñas culturales. Los clásicos literarios y cinematográficos haciendo referencia a los hechos señalados, así como a las condenas y los presagios que pueden esperarse.
Una vez más, volvemos a gozar de descripciones sensitivas, ilusorias y reales. Los pequeños detalles se magnifican, aportando sordidez a la vida en la que Alejo se atrapa y estableciendo una fórmula de auto control ante todo lo que emerge de su angustia. La lentitud que acompasa cada una de sus rutinas le ayuda a afrontar su destino, inamovible y certero.
La Mitología, el eje.
La identificación de los personajes con los mitos es un concepto que facilita el guion de la vida. Ello permite, de paso, el uso de una simbología exquisita. Los lápices, el ovillo, la penumbra -un bálsamo reconciliador para la conciencia- como complemento a la claridad -lo aséptico, vacío de color y de vida-, los condicionantes meteorológicos...
Silencio y oscuridad se conjugan como única solución posible al dilema moral. La percepción del tiempo bajo esas dos constantes se vuelve difusa, confusa, incierta. La necesidad de justificar el sufrimiento con más sufrimiento, se convierte en la mecánica preferente de reparación del daño.
La soledad se dibuja con una consistencia aplastante, como un silencio devastador, como un todo que exacerba la sensación de insignificancia, como lo conocido y soportable, pero factible de evolucionar hacia algo todavía peor. Y aun así, es una compañera que permite la libertad casi absoluta.
37 LÁPICES DE GRAFITO O ALEJO EN SU LABERINTO.
Ediciones Moreno Mejías (Wanceulen editorial).
Primera edición: Septiembre de 2.013.
189 páginas.
La consagración.
Las novelas de Fernando son como un escaparate. Fragmentos de realidad perfectamente dispuestos a los que, por mucha prisa que se tenga o por poco dinero del que se disponga, uno se siente abocado a pegar la nariz para admirarlos con detenimiento.
La consagración.
Las novelas de Fernando son como un escaparate. Fragmentos de realidad perfectamente dispuestos a los que, por mucha prisa que se tenga o por poco dinero del que se disponga, uno se siente abocado a pegar la nariz para admirarlos con detenimiento.
Con “El viejo cocinero o Cécile y las estrellas”, vuelve a deleitarnos con su prosa sencilla y cuidada, sus exquisitas ambientaciones, sus nombres dulcemente escogidos, sus hermosos detalles plagando descripciones, recuerdos, estados de ánimo…
Su talento, desde luego, no podría privarnos de ese particular costumbrismo en el que sabe plasmar como nadie un instante con los elementos más precisos. Y con numerosas referencias de la cultura contemporánea.
Las experiencias tristes duelen menos con la inteligencia emocional de esos personajes que nos regala. ¡Y la vida es tan sencilla cuando todos los elementos confluyen en un guion sin pretensiones pero sin carencias! La narración en forma de diario, en la primera persona de una chavalita lista y educada, hace que todo cobre sentido.
Preciosa esa edad en la que se necesitan modelos a seguir y se observan con detenimiento. Edad en la que todavía se cree en las “casualidades de la vida”, en la que la empatía se desarrolla para siempre y en la que, como un acto de fe, se precisa que esas casualidades han de ser causalidades.
Así, con la naturalidad de quien está creciendo y forjando su personalidad y su historia, todo son sensaciones que pueden ser expresadas de manera directa y a la vez con bellas metáforas.
“…la lluvia es poesía. Cada gota es una palabra que, al caer al suelo, al resbalar por una hoja, al golpear el tejado, al unirse a las otras gotas, se transforma en un verso pleno de melancolía. Una tarde de lluvia no es otra cosa sino un singular poema.”
Tiene Fernando especial predilección por el buen hacer, por unos personajes metódicos y disciplinados que nos adentran en un mundo de gracia en el que, al asomarnos, nos volvemos partícipes y, al salir de él, tenemos la certeza de que la vida continúa de igual modo aunque no estemos mirando.
Y qué decir de las listas. Hermosa costumbre de la primera juventud. Perfección de un juego iniciado en la infancia. Irresistible, en especial, la lista de “PALABRAS QUE ADORO, PALABRAS QUE DETESTO Y OTRAS”.
Es este un libro para degustar con calma, con la seguridad de que todo acabará bien pese a los pequeños sobresaltos. Me he pasado la mitad de la lectura con el vello erizado –cosa que hacía bastante tiempo que no me sucedía- y la otra mitad sintiendo como mía la transición casi forzada al mundo de los adultos de la protagonista. Un mundo en el que es capaz de desenvolverse sin problemas, pero dejemos las cosas claras. Si no es estrictamente necesario, prefiere seguir ejerciendo de niña, pues eso es lo que es, sin más intención que la de sacarle a la vida todo el jugo posible y ser feliz. Sin prisa por hacerse mayor.
2ª edición: verano de 2.015.
Disponible también en Amazon, en formato digital.
MONTSE GARCÍA-MONCÓ
Reencontradas.
Montse es una mujer a la que francamente admiro. Nos conocimos en Barcelona, en el instituto. Buena estudiante, buena compañera, buena deportista, buena amiga -¡Caray! Es que era buena en todo-, siempre fue capaz de abarcar muchos proyectos a la vez. Por eso no me sorprendió en absoluto cuando, meses antes de publicar mi novela, la encontré por facebook al cabo de muchos años y me anunció que se hallaba enfrascada en un importante proyecto.
Las vicisitudes de los autores noveles.
Como autora, Montse ha ido a lo seguro. Envió su manuscrito a las editoriales que le interesaban y consiguió una respuesta de inmediato. Tras un primer contrato incumplido y unos plazos que se demoraban más de lo esperado, al fin pudo ver su objetivo cumplido.
Y es que ella siempre lo tuvo claro. Existe una edad en la que los chicos y chicas son lo suficientemente pequeños como para pensar que los adultos, más que ser personas que les guían y les enseñan, son un estorbo. Entrometidos, dudosos del alcance de las posibilidades de los jóvenes y mandones. Pero lo suficientemente mayores como para cuestionar su autoridad y saberse capaces de llevar "sus asuntos" en paralelo a la vida normal que se les presupone. Esa es la edad a la que la autora ha enfocado su historia. Y al hacerlo, ha logrado encajar su libro en una colección creada para lectores de esa misma edad.
"Pues yo cinco".
Durante la primavera de 2.011, en una de mis frecuentes escapadas a la ciudad condal, logramos coincidir y vernos un rato para charlar de literatura. Se mostró muy interesada por mi saga La Llamada, cuyo primer tomo ya estaba publicado, y me anunció que ella también estaba trabajándose una saga.
-¿Cuántos tomos piensas escribir?
-Cuatro -le dije-. ¿Y tú?
-Cinco.
Arrea, pensé. Otra señal de que su cabeza está perfectamente organizada.
Ganas de aventuras.
El tiempo fue pasando y, tras una época de silencio absoluto, se desató la hecatombe. Su primera novela era noticia por doquier. Twiter, facebook, librerías. Ella ya había leído mi libro, de modo que yo estaba ansiosa por descubrir el suyo.
Todos los amantes de los libros y las series recordamos haber disfrutado con títulos que aún hoy siguen siendo especiales. La serie de animación Scooby Doo o la saga literaria Los Cinco son dos claros ejemplos que prestan reminiscencias a la propuesta de esta joven escritora.
"El Secreto de Julia" es un libro que consigue integrar a una chica con gracia en el binomio de amigos gracias al afán por descubrir un misterio. La autora propone una aventura ambientada en nuestro país, en la época actual. Empieza siendo una historia cotidiana hasta que se introduce en la trama el realismo mágico.
Un caserón abandonado -de aspecto tan tétrico como imponente- en un pueblo norteño, vuelve a ser ocupado tras mucho tiempo por dos peculiares personajes. En un lugar donde nunca ocurre nada, tal acontecimiento pasa a estar en boca de todos. La pertenencia al grupo, algo tan importante a estas edades, se ve amenazada con la llegada de "la chica rara". Por eso, Sánder se siente acorralado. Si deja escapar la oportunidad de participar en la resolución del misterio de su vida, estropeará el acercamiento que tanto le ha costado alcanzar. Si acepta, por el contrario, sus amigos le tildarán de nenaza. La única solución es servirse del ingenio de su mejor amigo para no renunciar a ninguna compañía.
La atracción que despierta Julia entre sus coetáneos es una parte de repulsa y otra de incomprensión, pero aderezada con ese toque de misterio que, una vez logra captar la atención del personal, ya no le permite ver la vida de otra manera. Todos ellos -lectores y protagonistas-, saben que cuando cumplan unos años más las cosas serán diferentes.
-Tal vez no quiera amigos (...) ¿Quién estaría tan loco como para querer ser amigo suyo?, se plantea Sánder.
¡Mola!
Planteada en veinticinco capítulos fáciles de leer, es una historia bien estructurada, con una trama lineal, de manera que la acción es continua. El vocabulario es idóneo para un libro de aventuras juveniles. Un inicio dinámico, donde los personajes se van presentando con lógica, sin restarse protagonismo unos a otros, desemboca en un final adecuadamente abierto para que los lectores puedan plantearse miles de preguntas con respecto a la segunda parte.
Un soplo de aire fresco para intercalar con las lecturas obligatorias de secundaria, que puede calar hondo en la imaginación de nuestros chicos y chicas , tanto para estimularles a leer, como para inventar sus propias historias.
El Secreto de Julia (serie La Maldición de las Piedras).
Ediciones Versátil juvenil +12.
Primera edición: Octubre de 2.012.
243 páginas.
3 comentarios:
Un hallazgo interesante... Habrá que echarle un ojo.
Vaya colección de outsiders supurantes de talento que has ido aglutinando... Algunos incluso peligrosos. Interesante.😋
Talentosos, peligrosos, interesantes... Te aseguro que te quedas corto.
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