El viernes 19 de agosto, la Casa de las Culturas de Bembibre, León, acogió un recital de Haikus, de Gustavo Vega. El poeta berciano tituló a su acto "Con Japón en la memoria". En él recitó algunos de sus "instantes de cristal" en castellano, mientras se proyectaba la transcripción de los mismos en caligrafía japonesa. Tres colaboradores se encargaron de recitar las versiones en inglés y francés, mientras un acompañamiento musical a base de batería, teclado y saxofón ofreció “música para el silencio".
Servidora fue una de las colaboradoras que tuvo el placer de recitar en inglés, y como tal os puedo contar mi experiencia: La puesta en escena fue una espectacular performance donde se declamó con una interpretación dinámica, con música en directo y proyecciones, en un diálogo fluido entre el arte y el público. Conexión sensorial para tres voces, tres instrumentos, tres idiomas y tres versos. Trilogía de locura.
El acto tuvo lugar en el marco de la exposición Poéticas Visuales del propio autor, exhibida desde el pasado 5 de agosto y vigente hasta el 31.
Paseando por la sala, una y otra vez, el público siente cómo se aúnan los versos con la expresión plástica. El autor nos obliga a interaccionar con su obra en el preciso instante en que nos abandonamos a la seducción de sus disparos visuales. Pese a ser una recopilación de obras de varias épocas y de varios estilos, de ella destaco algunos puntos comunes: los elementos plásticos mostrados como metáforas de un lenguaje breve, preciso y conciso. El pensamiento y la literatura como inspiración para una expresión sintetizada, de gran potencia visual. El debate entre el tú y el yo, la obsesión por el tiempo -el instante que está sucediendo, el que ansiamos que suceda- expresados en clave de jeroglíficos.
Me complace comprobar que el arte se vuelve más interdisciplinar conforme nos adaptamos a los nuevos tiempos, pero también conforme nos dejamos de formalismos y nos atrevemos a transgredir. Porque eso es lo que hace Gustavo Vega. Reinventar todo lo que ya nos es conocido.
El hecho de recitar en un recinto tan repleto de estímulos como es la exposición, hizo para mí del acto dos experiencias en una.
Ha sido un placer colaborar contigo. Gracias, Gustavo.
2 comentarios:
Hola, Erika. Me acabo de enterar de que eres la autora de un blog que sabes que sigo. Caramba, me he quedado tieso. No sólo por poder hacerme una idea de cómo eres... También por el hecho de saber que te mueves en varios terrenos. Tengo que ponerme al día.
Hola también aquí, Enrique.
Me alegro de que haya sido una grata sorpresa.
Un saludo.
Publicar un comentario