Una voz sin sonido.
Un estado de alerta sin previo aviso.
Un grito interior lanzado desde otro cuerpo.
Y de repente, una recarga energética.
¿Lo sientes?
Es la llamada.
Quiero dedicar este espacio a todos los comentarios de los lectores, así como a agradecer los mismos. Sois muchos los que demostráis vuestro afecto y vuestro apoyo.