Este mes la lectura no
me ha cundido demasiado, pese a que empecé con fuerza, puesto que he tenido la cabeza inmersa en
varias movidas. Se me presentó, de manera inesperada, una propuesta de edición
para una novela breve. Le di todas las vueltas posibles, estudié a fondo mis
posibilidades y, al final, terminé rechazándola.
1.- «Exomundos»,
de Rafael Díaz Gaztelu.
Me compré este libro,
el primero de la saga con el mismo nombre, porque gané el segundo en un sorteo
de Twitter. Y, claro, las cosas hay que hacerlas bien. Quería empezar por el
principio, por mucho que el autor me asegurase que el segundo tomo podía ser
entendido sin tener que leer el anterior. Aunque no pongo en dudas sus
palabras; te diré por qué:
Rafael es físico y
experto en Ciencias de la Tierra. Ha escrito varios tochos de ciencia-ficción hard –esa etiqueta echa para atrás a un
buen porcentaje de la comunidad lectora, de entrada–, maneja con soltura
conceptos científicos de todo tipo pero, además, sabe explicarlos de manera que
los que no contamos con sus conocimientos, podamos entenderlos. Esa es su mejor
arma, sin duda, y se debe a que también es docente. Yo, que soy del gremio de
la enseñanza, sé lo mucho que eso ayuda.
He disfrutado de una
historia muy bien construida sobre viajes espaciales, con muchos personajes –que
dan mucho juego para todas las subtramas– y que se lee de manera fluida porque
está estructurada en capítulos breves y tiene una maquetación muy cuidada.
Aunque el tamaño del libro pueda causar respeto, ha sido como si las páginas se
pasaran solas.
Debo resaltar algo que
me parece un valor añadido. Como experto en mapas que es, al final del tomo hay
un apartado denominado «Apéndices» en los que poder admirar los mapas estelares
y planetarios, así como los diagramas de la Astronave Clase Galaxia y el
Espacioplano Clase Strix que se describen en la lectura. Para babear, lo
detallado que lo presenta todo.
Si yo fuese la gobecan de Terys, le otorgaría el cargo
de primyr de Cartografía. Como no lo
soy, me contento con que el segundo tomo me está esperando.
2.- «Lectura
fácil», de Cristina Morales.
Este libro me lo regaló
una amiga por mi cumpleaños. Ya lo había visto anunciado por doquier, de modo
que no pude evitar sonreír, pues la cubierta posee ese tipo de mensajes contundentes
que tanto me gustan. Hace unas semanas, además, el Club de Lectura Feminista y
LGTBI «Lees Otras Cosas», puso a disposición de cualquier persona interesada,
ejemplares del fanzine original que se incluye en la obra.
La historia cuenta las
vicisitudes (en el día a día y a lo largo de sus vidas) de cuatro mujeres con
diversos grados de discapacidad intelectual que pelean por sus derechos y para
alcanzar la libertad. Mujeres con las ideas muy claras, con la lengua muy
suelta y con la autonomía suficiente para cuestionar la opresión y la
represión en todas sus manifestaciones y llevar a cabo sus estrategias. En el
texto se entremezcla la novela autobiográfica que está escribiendo una de las
protagonistas mediante la técnica de la Lectura Fácil con los frecuentes
discursos transgresores y revolucionarios de otra de ellas; lo cual nos sumerge
de pleno en su manera de pensar y de sentir. El fanzine es una pieza clave que
une a los okupas, a los anarquistas y a estas mujeres bajo un cruce continuo de
análisis social y capacidad reflexiva.
Yo, que soy muy clara
hablando y que me tengo por una persona que desglosa constantemente los
pormenores de la actualidad, me he quedado fría ante la actitud
crítica de estas barcelonesas de adopción. Tengo que admitir que se me habían
escapado muchos detalles... Si bien, también es cierto que, por momentos, se
hace un poco repetitivo tanto mensaje de politización en contra de la retórica,
de lo correcto y de lo establecido. Y algo forzadas algunas conversaciones entre
Marga y Nati.
3.- «Binti:
Hogar», de Nnedi Okorafor. Traducido por Carla Bataller Estruch.
Mi
hijo, que viene de vuelta de las estrategias comerciales, me hizo este regalo
por el Día de la Madre, con la intención de ser versátil (léase "para comprar
algo a lo que sacarle provecho personal"), puesto que quedó fascinado con la
primera parte.
Muy
en la onda del volumen anterior, no hay una coma de más en esta novela. Cuenta
lo justo de manera tan escueta que, a veces, incluso se echa de menos algún
conector entre frase y frase. El ritmo es ágil y los personajes secundarios
están tan bien construidos que apenas requieren de protagonismo para asentar su
manera de proceder.
La protagonista da un paso más en su viaje iniciático al
regresar a casa. Sin embargo, aunque trae la intención de llevar a cabo un
ritual himba para purificarse, el rechazo hostil de su gente y un
acontecimiento inesperado la llevan por otro camino, que ralentiza sus
propósitos pero, por otra parte, parece que la colocarán en el origen de todas
sus preocupaciones de un solo movimiento.
4.- «La dulce envenenadora», de Arto
Paasilina. Traducido por Dulce Fernández Anguita.
Una
de mis muchas amigas adictas a la lectura me prestó este libro hace unas
semanas, y lo he tenido esperando, paciente, en la lista de pendientes –que
cuenta con más de veinte tomos–, hasta que le ha llegado el momento. Me lo
recomendó por su hiriente sentido del humor.
Y
vaya, razón no le faltaba. Tengo que reconocer que me he echado mis buenas
carcajadas con esta historia que tiene el formato de los cuentos clásicos: Todo
empieza con una estampa idílica tras la que, poco a poco, se va revelando una
vida complicada y una serie de problemas que han de ser resueltos de la manera
más radical y disparatada posible. No
faltan barbaridades de todo tipo, incluyendo célebres pasajes de violencia
animal, y una trama que se recorre en zigzag, alternando una de cal y otra de
arena. El autor muestra un retrato social muy crítico y agudo sobre la
degeneración de la juventud, a falta de conflictos trascendentales que
afrontar, en contraposición con las personas que ya están jubiladas y buscan
vivir sus últimos años en paz. Una paz merecida, por cierto, tras haber vivido
tiempos de guerra.
La
anciana protagonista vive resignada ante los regulares asaltos de una panda de
golfos que le saquean la pensión, con la esperanza de que le queda poco tiempo
en este mundo. Su visión cambia de manera radical en el momento en que su
doctor de confianza le asegura que su salud es envidiable y que, por tanto,
vivirá mucho más de lo que tenía previsto. Es ahí cuando se arma de valor y
juega sus cartas de manera ambigua. Una historia desternillante que no deja ningún
cabo suelto.
5.- «Supersonic #11. Especial Ursula K. Le
Guin», revista publicada por Editorial Cerbero bajo la dirección de Cristina
Jurado. Ilustrada por Mariana Palova.
Llevaba
meses viendo esta revista por doquier pero, siempre posponía el momento de
adquirirla. El empujón definitivo me lo dio la Revista Tártarus: Tuve la excusa perfecta para comprarla en cuanto me
confirmaron que formaría parte de una mesa redonda sobre distopías en el III Festival
de Literatura Fantástica Tártarus.
Puedes echar un vistazo a la crónica en el siguiente enlace:
https://erikaciprelallamada.blogspot.com/2019/05/iii-festival-tartarus.html
La idea era completar mi proceso de documentación, claro está, aunque ha dado para alternar la sed de conocimiento con el placer de la lectura.
Puedes echar un vistazo a la crónica en el siguiente enlace:
https://erikaciprelallamada.blogspot.com/2019/05/iii-festival-tartarus.html
La idea era completar mi proceso de documentación, claro está, aunque ha dado para alternar la sed de conocimiento con el placer de la lectura.
El
tomo dedicado a La Maestra cuenta con 400 páginas, que se dice pronto. Un
completo dossier que aúna un apartado de ficción, con 14 relatos, y otro de no
ficción, con 18 ensayos que analizan diversos aspectos del trasfondo de su obra
y que cierra con una entrevista de Cristina Jurado a Arwen Curry, directora del
documental «Worlds of Ursula K. Le Guin»,
sobre la vida y la obra de la autora.
Muy
recomendable para todas las personas que profesen su amor por el género
fantástico en literatura, tanto si han leído parte del legado de Ursula como si
no. Yo leí alguna novela y algún relato hace tiempo y, el hecho de que me hayan
actualizado la información sobre la obra disponible y las traducciones más
reciente, me han arrojado mucha luz acerca de qué leer sobre ella a partir de
ahora.
Esto ha sido todo. Nos vemos en quince días. ¡Gracias por pasarte a leer!